Eines der wirksamsten Verführungsmittel des Bösen ist die
Aufforderung zum Kampf.
Uno de los medios de seducción más eficaces del Mal es la exhortación a la lucha.
Ein erstes Zeichen beginnender Erkenntnis ist der Wunsch zu sterben. Dieses Leben scheint unerträglich, ein anderes unerreichbar. Man schämt sich nicht mehr, sterben zu wollen; man bittet aus der alten Zelle, die man haßt, in eine neue gebracht zu werden, die man erst hassen lernen wird. Ein Rest von Glauben wirkt dabei mit, während des Transportes werde zufällig der Herr durch den Gang kommen, den Gefangenen ansehn und sagen: „Diesen sollt Ihr nicht wieder einsperren. Er kommt zu mir.“
Una primera señal de conocimiento incipiente es el deseo de morir. Esta vida parece
insoportable; otra, inalcanzable. Ya no nos avergonzamos de querer
morir; pedimos ser trasladados de la vieja celda, que odiamos, a una
nueva, que aprenderemos a odiar. Un resto de fe continúa
operando, por si acaso durante el transporte apareciera el Señor por el
pasillo, mirara al prisionero y dijera: "A éste no lo volváis a
encerrar. Éste viene conmigo"
Das Gute ist in gewissem Sinne trostlos.
El Bien es, en cierto sentido, desolador.
Das Gute ist in gewissem Sinne trostlos.
El Bien es, en cierto sentido, desolador.
So ist es.
ResponderEliminar¿Cómo se puede desear la muerte?, si todos estamos condenados o liberados por ella. Lo único seguro que tenemos en común todos los seres vivos. Quizás, que sea impredecible la hace más dudosa, ya que pensar siempre en ella, es huir de la vida. Y quien huye de ella, está condenado para siempre a la incertidumbre y por supuesto a no saborear un poco, aunque sea solo un segundo, su propia esencia.
ResponderEliminarPero aún así, el aforismo parece un pequeño cuento y encima hasta bonito.
El Bien es, en cierto sentido, desolador. El Mal, en cambio, lo es en todos los sentidos. No hay color, me parece.
ResponderEliminarCreo que Kafla llama desolador al Bien porque es inalcanzable. Kafka era un gnóstico (como indica su cuento "Ante la ley" donde hay una fila interminable de guardianes de puerta cada vez más poderosos y terribles). El Bien es desolador porque no existe ninguna esperanza. Sólo tenemos su idea, no su realidad.
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