Uso irresponsable del lenguaje

Karl Kraus vomitaría si hubiera visto ayer los minutos finales de la última carrera de la temporada de Fórmula I.  En el breve tiempo que tuve que escuchar en la televisión de gran pantalla plana de un bar cualquiera las entrevistas a los pilotos, ya terminada la carrera, escuché unas cuantas veces las palabras "pena" y "tristeza" repetidas con insistencia. ¿Pena, por qué? ¿Tristeza, de qué? ¿Porque se termina hasta el año que viene ese inmundo y estúpido circo que mueve miles de  millones de dólares? ¿Quieren esos periodistas que nos pongamos a llorar porque se retira no sé qué piloto? ¿Qué saben lo que significa la "pena" y la "tristeza"? ¿Quieren que nos vistamos de luto? Sándor Márai dijo que las transmisiones deportivas son la arteriosclerosis de una civilización.

1 comentario:

  1. No es sólo la Fórmula 1, sino en general la sección de deportes, quien en la información hincha el perro con la esperanza (tan vana como ridícula) de hacerlo pasar por un elefante. Pero sí es verdad que la Fórmula 1 (perdón por el juego de palabras) no se queda atrás. Un titular reciente, cuando el actual campeón del tal circo llegó a serlo: "El mundo a sus pies". Y no era de ningún periódico deportivo; era de La Vanguardia.

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