La camarera le pregunta a un señor panzudo que acaba de entrar en el bar qué tal está. Y él responde: "vamos resistiendo". Eso me recuerda lo que dice Bichat: "la vida es el conjunto de funciones que resiste a la muerte". Ay, amigos: no se trata de cambiar la historia del arte, ni de descubrir una nueva ley de la naturaleza. Se trata de resistir, modestamente. Por resistir no nos ponen medallas, sólo nos devuelven una sonrisa de lástima. La resistencia auténtica no es consciente, eso lo sabe el cuerpo, nosotros no. Hasta que llegue el momento en que abramos los brazos, cerremos los ojos y dejemos, sin que ya nos importe, que los gusanos, los hongos, las bacterias, los insectos o el fuego devoren nuestro miserable cuerpo.
Resistir es vencer y mientras, me rodeo de calidad de vida. Atrincherado como un cobarde o como un valiente, a el tiempo le da igual, espero el desenlace.
ResponderEliminarYo cederé mi cuerpo, no a la ciencia, sino al universo.
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