Es ist ein hartes Wort und dennoch sag ichs, weil es Wahrheit
ist: ich kann kein Volk mir denken, das zerrißner wäre, wie die
Deutschen. Handwerker siehst du, aber keine Menschen, Denker, aber keine
Menschen, Priester, aber keine Menschen, Herrn und Knechte, Jungen und
gesetzte Leute, aber keine Menschen – ist das nicht, wie ein
Schlachtfeld, wo Hände und Arme und alle Glieder zerstückelt
untereinander liegen, indessen das vergoßne Lebensblut im Sande
zerrinnt?
Son palabras duras y sin embargo las digo, porque son verdad: no puedo pensar en un pueblo más desgarrado que los alemanes. Verás artesanos, pero ningún hombre; pensadores, pero ningún hombre; sacerdotes, pero ningún hombre; amos y siervos, jóvenes y hombres de leyes, pero ningún hombre. ¿No es todo esto como un campo de batalla donde yacen entremezclados manos y brazos y toda clase de miembros mutilados, al tiempo que la vertida sangre de la vida yace en la arena?
Friedrich Hölderlin, Hyperion o el eremita en Grecia
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