Lecturas del confinamiento

Ahora que están de moda los diarios del confinamiento aproveché este encierro no para escribir sino para leer. Por culpa de la pandemia (iba a decir "gracias" pero no es apropiado) pude dedicar ese divino ocio a larguísimas jornadas, sesiones maratonianas, verdaderamente locas, de apasionada y obsesiva lectura. 
Pude cumplir el sueño de leer íntegra la "Historia de la decadencia y ruina del imperio romano" de Gibbon. Había dejado la lectura interrumpida en marzo del 2014. Cuando terminé el libro, lo leí en la edición original inglesa con notas del eruditísimo Gibbon (tan importantes como el texto principal), me emocioné. Son 3000 páginas de historia de Occidente y Bizancio. Es un libro inmenso. Se puede resumir en una célebre frase del final: "I have described the triumph of barbarism and religion"
Otro libro que leí con pasión: "Los novios" de Manzoni; la novela italiana que tienen que leer por obligación los chicos italianos en la escuela. Resultado: la acaban aborreciendo. El final de la novela se sitúa en la peste que devasta la región de Milán, creo que en el año 1624, no recuerdo bien. Manzoni tiene páginas sublimes, inmortales, sobre los estragos de esa epidemia que ocasionaron los soldados alemanes al cruzar el Milanesado. 
Y finalmente otra maravilla: los libros de la "Historia de Roma" de Tito Livio sobre la segunda guerra púnica, libros XXI-XXX, la tercera década, en la edición de Alianza Editorial, que ofrece una traducción que, sin saber latín, me parece excelente. En la primera péntada brilla el astro de Aníbal, el terror de Roma. En la segunda mitad palidece la estrella del tremendo general cartaginés y se levanta el sol de Escipión Africano. Tito Livio es un autor inmenso, de una profundidad y un rigor pasmosos. 
Cuando escuché por primera vez, creo que fue en diciembre o enero, las vagas noticias de una extraña epidemia en una ciudad de China no podía imaginar que esa calamidad iba a permitirme leer estos libros maravillosos. Para mí la lectura es la mejor y más civilizada manera de pasar el tiempo. Es un pasatiempo de solitarios y yo lo soy, qué le vamos a hacer, por naturaleza y destino.

2 comentarios:

  1. Un encierro puede ser liberador si tenemos al alcance libros tan enormes

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  2. Gibbon es una maravilla. Y Tito Livio también. En fin, lástima que este ritmo de vida no permita lecturas como éstas que requieren continuada concentración

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