Hoy hace 217 años que murió Lichtenberg. De tantos aforismos fabulosos como escribió recuerdo el que viene a continuación. Tal vez un soldado alemán llevara su librito en el bolsillo de su uniforme, en Verdún, antes de entrar en combate y de que un obús lo hiciera pedazos.
Ein Grab ist doch immer die beste Befestigung wider die Stürme des Schicksals.
Una tumba siempre es la mejor fortaleza contra las tempestades del Destino.