No desprecio a nadie al menos por causa de su inteligencia o su cultura, porque no está en poder de nadie ser un idiota o un delincuente. La inteligencia es sólo una parte muy pequeña de nuestra esencia espiritual y la cultura sólo una forma muy casual de la misma. Quien me reprocha tal desprecio afirma que pisoteo a un hombre porque lleva puesta una mala chaqueta. (...) Puedo llamar a alguien "idiota" sin despreciarlo por eso; la idiotez pertenece a las cualidades generales de las cosas humanas. (...) Me llaman "burlón". Es verdad que me río a menudo, pero no me río de cómo es tal persona, me río de lo que es, o sea un hombre; en eso nada puede hacer, y por eso me río de mí mismo, que comparto su destino.
Carta de Georg Büchner a su familia; febrero, 1834.