Los logros culturales de la humanidad, a los que pertenece la
filosofía, se deben a una atención profunda y contemplativa. La cultura
requiere un entorno en el que sea posible una atención profunda. Esta es
reemplazada progresivamente por una forma de atención por completo
distinta, la hiperatención. Esta atención dispersa se caracteriza por un
acelerado cambio de foco entre diferentes tareas, fuentes de
información y procesos. Dada, además, su escasa tolerancia al hastío,
tampoco admite aquel aburrimiento profundo que sería de cierta
importancia para un proceso creativo (Byung-Chul Han, La sociedad del cansancio)
Lo de las virtudes creadoras del aburrimiento me recuerda el Epigrama Veneciano nº 27 de Goethe. No me extrañaría que este hombre, si lo conoce, lo haya tenido presente:
ResponderEliminar"A menudo han venido las nueve, me refiero a las musas,
pero yo no me di cuenta, tenía a mi muchacha en el regazo.
Ahora que he dejado a mi amada, me abandonaron las musas.
Confuso he mirado de soslayo, buscando cuchillo y soga.
Pero el cielo alberga muchos dioses. ¡Tú viniste en mi ayuda,
Aburrimiento! Se te saluda, padre de las musas".
Una vez leí una frase en un libro, que no me acuerdo del libro pero sí de la frase :-) que decía así:
ResponderEliminar"El éxito o el fracaso no dependen de lo que nos haga falta, sino del uso que hagamos de lo que tengamos"
Por Dios, que de fila de números para publicar un comentario ¡ay!
Por favor Francisco, esperamos tu respuesta, no nos dejes así.