Vienen a buscarte a casa, aunque no te muevas. Llaman por teléfono y te ofrecen tal producto. Quieres estar tranquilo, leyendo a Fray Luis de León y no te dejan. La voz te llama "don Francisco" y es muy educada. Cuidado, son ladrones. La conversación, te dicen, está siendo grabada. Caes en la trampa, te comprometes verbalmente, das tus datos en un momento de ofuscación y ya estás atrapado. Compromiso de permanencia, 18 meses o 90 euros de penalización. El contrato verbal es válido. ¿Ah, sí? Hay un departamento de reclamaciones de la propia empresa. No existe árbitro, un tercero neutral. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Todo esto tiene aparicencia legal, pero no es más que una estafa. Es un robo organizado.
Yo diría: Ellos te guisan, ellos te comen.
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