Para mí fue penalty

Mucho más importante por lo que firma que por lo que escribe tiene la mano suelta para estampar su firma en manifiestos por la Paz Mundial o en favor de la Lectura. Sabe que soporta una grave responsabilidad, ¿qué sería del mundo si se callara o desapareciera? El universo necesita su orientación, él debe aleccionar al ignorante. Se siente imprescindible. Ama a la gente sencilla: a los obreros, a los campesinos, a los concejales de su partido, a la gente que madruga. Es defensor del débil. A veces redacta él mismo piezas de indiscutible belleza literaria: la economía, la riqueza, el dinero nos hacen más ricos pero no mejores, ni más lúcidos, ni más luchadores, ni más solidarios. El dinero convierte una sociedad pobre en una sociedad opulenta, o por lo menos parte de ella, pero no mejor. La obsesión por el dinero es vulgar, aunque nadie esté más obsesionado con el sórdido dinero que aquel que no lo tiene. Pero eso no lo sabe porque a él el dinero nunca le ha faltado. A veces sufre de mala conciencia, pero se le pasa pronto. Es una excelente persona: donde haya un atropello a los derechos humanos, donde se perpetre una injusticia, donde esté un pueblo oprimido, donde una selva peligre, donde se masacre a las ballenas, allí lo encontraremos con su aura brillante y su prestigio, posando ante las cámaras. Se retrata en grupo. Que nadie se confunda: no lo hace por vanidad. Participa a menudo en mesas redondas y organiza congresos (tiene don de gentes), es asiduo de actos culturales (pagados con dinero público) en los que se desenvuelve de maravilla bebiendo whisky de doce años, durmiendo en hoteles de cinco estrellas y saludando a gente de su misma clase. Se parece a los lobos en que siempre va en manada. ¿Será acaso que solo no vale nada? Es un hombre de partido, militante, comprometido y entrometido. Pensar por sí mismo, atreverse a discrepar de sus correligionarios, sorprender a las estrellas con una idea propia e incluso inteligente, más que insoportable le resulta imposible.

España es un casino

El supermillonario Adelson pone como condición, entre otras muchas, para instalar su "casa de putas" más conocida como Eurovegas, que se permita fumar en los casinos y locales de juego. Esperanza Aguirre se adelanta a decir que se hará como el supermillonario quiera: "evidentemente la prohibición de fumar se cambiará." Parece que el cáncer de pulmón no importa cuando muchos dineros están en juego. Yo apuesto a que Aguirre y su equipo ganan la apuesta a los catalanes y consiguen convencer al supermillonario Adelson.
Al mismo tiempo nos enteramos de que el Getafe Sport (club de fútbol) fue víctima de una estafa perpetrada por un grupo de delincuentes radicados en Barcelona que se hacían pasar por una organización llamada Royal Emirates. El presidente del Getafe viajó a Dubai el año pasado. La compra del equipo se firmó, según dicen, en "el mejor hotel del mundo" Ni había jeque árabe (era un camarero brasileño) ni había petrodólares. La foto parece tomada de una película de Berlanga.

Mientras tanto el gobierno anuncia que retirará la financiación de unos 500 medicamentos que a partir de ahora tendrán que pagarse los así llamados ciudadanos, o mejor dicho, borregos. Y la factura eléctrica subirá el 4,5%.



Don Paco

Bete a la mierda con tanto silencio, que yo no pienso etiquetas contigo, si yo no te he escrito son los motibos, el aberseme muerto la Niña que tenían en el lugar, y el aber estado yo algo malo en la cama, pues desde que te enbié la cinta dentro de la carta no he tenido respuesta. Estoy acabando un cuadro que creo que con lo que me den de él te pagare, Dios lo quiera y que nos beamos, me trajo memorias tuyas Miguelito el correo, y nada te puedo decir de nuevo, solo que mandes a tu gran Amigo
                                                                                                                                    Pacorro

Azme el fabor de entregar a mi Madre esa adjunta y si la quieres cerrar me arás el fabor
  
 Carta de Francisco de Goya a Martín Zapater, entre el 28 de mayo y el 30 de julio de 1782

Retrato de Martín Zapater (1797) por Francisco de Goya

Arrivederci, Roma


Dos sueños

San Jerónimo, hacia el 384 soñó lo siguiente:

Ya se preparaban mis exequias, y en mi cuerpo helado el calor vital del alma sólo palpitaba en un rincón de mi pecho también tibio, cuando, arrebatado súbitamente en el espíritu, soy arrastrado hasta el tribunal del juez, donde había tanta luz y del resplandor de los asistentes salía tal fulgor que, derribado por tierra, no me atrevía a levantar los ojos. Interrogado acerca de mi condición, respondí que era cristiano. Pero el que estaba sentado me dijo: "Mientes; tú eres ciceroniano, tú no eres cristiano; pues donde está tu tesoro, allí está tu corazón."

Nicolás Maquiavelo, hacia 1527 soñó lo siguiente:

Pocos días antes de morir, Maquiavelo tuvo un sueño, que comentó con sus amigos. En él se tropezaba con una turba descompuesta de harapientos mendigos, y cuando preguntó quiénes eran, una voz le respondió que eran los bienaventurados del paraíso, porque estaba escrito que los pobres heredarían el reino de los cielos. Siguió andando y se encontró con un grupo de caballeros afables, corteses y bien vestidos, que discutían animadamente de cuestiones políticas. Entre ellos, pudo reconocer a algunos célebres sabios de la antigüedad, como Platón y Tácito. Entonces, la voz misteriosa le comunicó que aquellos eran los condenados en el infierno, pues está escrito que la sabiduría del mundo es enemiga de Dios. Al despertar y contar el sueño a sus íntimos, Maquiavelo confesó que prefería estar con los segundos.

En las cumbres más altas



Piezas de museo

Solidus con la efigie del emperador Valente. Circa 375 d.C.




Moneda de 1 euro. Efigie del rey Juan Carlos I de España. Año 2001 d. C.

Sabio victoriano


Un poema de Joseph Brodsky

Canción de amor

Si te estuvieras ahogando, acudiría a salvarte,
          a taparte con mi manta y a ofrecerte té caliente.
Si yo fuera comisario, te arrestaría y te
          encerraría en una celda con la llave echada.
Si fueras un pájaro, grabaría un disco
          y escucharía toda la noche tu trino agudo.
Si yo fuera sargento, tú serías mi recluta
          y, chico, te aseguro que te encantaría la instrucción.
Si fueras china, aprendería tu idioma, quemaría
          mucho incienso, llevaría tu ropa rara.
Si fueras un espejo, asaltaría el baño de las señoras,
          te daría mi lápiz rojo de labios y te soplaría la nariz.
Si te gustaran los volcanes, yo sería lava
          en constante erupción desde mi oculto origen.
Y si fueras mi esposa, yo sería tu amante,
          porque la Iglesia está firmemente en contra del divorcio.

Manos a la obra

En China hay empresas de construcción que pueden levantar un edificio de 30 plantas en quince días. Circula por la red una noticia que afirma que una empresa china se propone construir en 90 días el que sería el edificio más alto del mundo; unos diez metros más alto que el rascacielos de Dubai. Ni los halcones harán nidos en las cornisas más altas de puro vértigo.

Los chinos nos están enseñando a trabajar. Siempre podemos mejorar la productividad, el rendimiento, la eficacia, la rapidez, la resistencia. Puestos a desafiar límites a la humana condición (a pecar de hybris que decían los antiguos) lo que construyan en 90 días, ¿no podrían construirlo en 90 horas? 


Refritos periodísticos

Por pasar el tiempo (cosa más difícil de lo que parece) me dedico a recoger algunos ejemplos de préstamo de títulos de obras literarias o artísticas para redactar titulares de noticias, reportajes o artículos de opinión. Los titulares adaptan los títulos deformándolos ligeramente. Dicen los que saben que ésta es una característica del lenguaje periodístico, al que le gusta mucho llamar la atención. Unos ejemplillos:

Un boy scout en la corte del rey Gabino
Van Marwijk, del infinito al cero
El conflicto que no cesa
El ingenioso hidalgo don Mariano de la Deuda
La UE no tiene quien le escriba
Nuestro hombre en Estocolmo
Retrato del artista incipiente
La importancia de llamarse Soraya 
La sombra de Repsol es alargada
Tocata y fuga de ZP
Esperando a Rajoy
En busca del orgasmo perdido

Seguro que existen más, algunos muy repetidos y hasta ilustres. Que no se diga que nuestra cultura no es literaria.

Historia de una amistad

Vayamos al siglo XVIII, siglo amable y armonioso. Siglo de esperanzas y nobles combates contra la superstición. El siglo en que la mecánica de Newton explicó la naturaleza (pensemos lo que significó una ley tan general y abstracta como la ley de la gravitación universal en la mentalidad de la época). El siglo de Voltaire y de Mozart. Saber que existieron estos dos hombres nos hace la vida más agradable. 
Quiero evocar a dos figuras grandes aunque no tan conocidas por el público más o menos leído: Jean D'Alembert y Joseph Louis Lagrange. Dos matemáticos que entablaron una amistad espléndida. D'Alembert era casi veinte años mayor que Lagrange, así que jugó el papel de mentor del joven matemático. D'Alembert se muestra preocupado por la carrera de su amigo, le recomienda para que lo acepten en la Academia de Berlín (era muy amigo de Federico II), le aconseja, le anima, etc. Lagrange caía a menudo en períodos de depresión y D'Alembert, siempre generoso, trata de animarlo. Me gusta la corrección con que se tratan, corrección que no es frialdad sino respeto. En este intercambio epistolar se percibe una corriente de enorme afecto entre los dos. El lenguaje nos resulta chocante, han cambiado mucho las maneras. No sólo hablan de cuestiones científicas, también hay momentos para las confidencias (estas son las cartas más interesantes). 
 
Por si a alguien le interesa éste es el enlace de internet donde puede leerse el epistolario:

http://math-doc.ujf-grenoble.fr/cgi-bin/oeitem?id=OE_LAGRANGE__13_3_0

Dibujo de Stalin por Bujarin


 “Forget about politics. There is no future in politics for you. Painting is your real calling."

Mañana es el Bloomsday

Escarmiento

Susan Sontag escribió un responsable ensayo titulado Ante el dolor de los demás. El dolor al que se refiere Sontag es el que transmiten imágenes y fotografías, es decir un sufrimiento mediatizado por los medios de comunicación. La mosca que cae en la sopa y nos hace vomitar. Veo ahora en la prensa digital una fotografía que excede a mi juicio cualquier categoría de horror. Una joven china acaba de tener un segundo embarazo. No puede pagar la multa por violar la política de un solo hijo que ha decretado el gobierno chino. Las autoridades chinas, que han ordenado el aborto, la obligan a yacer junto al feto muerto para que escarmiente. En la foto aparece la chica con el pelo desordenado y a su lado un feto de siete meses. Susan Sontag murió en 2004. Estoy seguro de que no se imaginó una foto así. ¿Qué decir ante esa exhibición obscena de zoología? ¿No es esto igualarnos a las ratas? 
Necesito aire puro. Creer que la vida es hermosa, que no existe el horror. Ahora mismo voy a escuchar un poco a Mozart.

Tiempos oscuros

Tengo la sensación al leer la prensa y ver los informativos de que vivo en un mundo despiadado, gobernado por unas fuerzas oscuras, inhumanas y terribles. "¡Qué novedad!" me dirán. "Es lo que sentimos todos". ¿Qué diablos es el acoso de los mercados? ¿Qué guerra invisible y atroz se está librando? ¿Quién es el enemigo? 
Mientras tanto y en igual orden de importancia nos dicen que Torres será titular ante Irlanda. Somos capaces de cualquier cosa. La espantosa y divertida banalidad de este tiempo arrastra por el fango la poca dignidad que nos quedaba. ¿Qué dignidad nos quedaba? ¿La de llenar los grandes almacenes? ¿La de comprar un coche más potente? ¿No seremos una invención de la publicidad? ¿Tan pronto hemos olvidado Hiroshima, el GULAG, los campos de exterminio nazi? El individuo ha muerto, dicen algunos. Quizá simplemente seamos "bolsas de sangre" que es lo que eran los presos en las cárceles de los jemeres rojos. Les sacaban toda la que tenían y les practicaban una vivisección "para estudiar su anatomía".
Somos supervivientes de innumerables matanzas, destrucciones, epidemias, hambrunas. Cada uno de nosotros es una noche poblada por pesadillas y monstruos. Las Pinturas Negras de Goya son nuestro retrato.

Un poema de Pelayo Fueyo

Pelayo Fueyo es uno de los mejores poetas de su generación. Es más, diría que Pelayo Fueyo es un genio. El tiempo acabará probando que su obra es única. Este poema suyo me parece absolutamente memorable:


Violaré el territorio de la rosa
que has olido, la rosa
que refleja tu ausencia en el espejo.
Jamás podrás ser mía; con mi dedo
dibujaré la flor de tu silueta
y dejaré mis huellas en el vidrio.
Así, ya sin tu cuerpo,
tu reflejo y tu ausencia en esa rosa,
grabaré mi deseo.
Mas, quién sabe
si volverás aquí para ignorarme,
desdeñando el reflejo y mi grabado
al saber que no espero ya tu cuerpo;
o si, en cambio, querrás tocar la rosa
y añadir ese tacto a mi silueta
cuando la flor no tenga ya sentido,
cuando seas ausencia de ti misma,
y tu presencia estorbe a mi deseo.

Por propia experiencia


Simone Weil trabajó durante unos meses en los talleres de la Renault y la Alstom, en los alrededores de París. Las jornadas extenuantes acabaron por arruinar su precaria salud. Fruto de esa experiencia es su libro La condición obrera, una reunión de textos heterogéneos (cartas, diarios, artículos) que permite conocer las durísimas condiciones de vida de los obreros en la década de los años 30.
Tal vez Weil se cruzara en París hacia 1933 con un inglés de mal aspecto. George Orwell vivía en un barrio obrero y trabajaba 14 horas diarias como lavaplatos en un restaurante. Medio muerto de hambre y fatiga regresó a Londres y se convirtió en vagabundo. Su historia la cuenta en Sin blanca en París y Londres.
Los dos murieron jóvenes. Una inquietud extraña los llevó a descender a los infiernos de la sociedad: chinches, humillaciones, alcoholismo, sordidez, ignorancia, hambre, apatía, miseria. Vistos los tiempos que corren Simone Weil y George Orwell tienen mucho que enseñarnos. El sueño del socialismo (que los socialistas han sido los primeros en traicionar) ha saltado por los aires. Regresamos a la década de los años 30.

Pilsudski & Nietzsche


La ley de la ventaja

Nada tengo contra el fútbol, noble deporte. Un servidor jugó al fútbol varios años. En aquella época existía una palabra mágica: "ojeador". El ojeador era una especie de brujo, un personaje fascinador, un espía lleno de poder. Era un cazatalentos que iba de campo en campo buscando chicos que despuntaran (otra palabra del argot futbolístico) para llevárselos a la gloria. Ni que decir tiene (me encanta esta expresión) que la gloria no llegó. Al final de mi efímera y pálida carrera me dedicaba a iniciar en la mitología al hijo de uno de los directivos, un chiquillo de unos seis años. Recitaba largas tiradas de Shakespeare en los vestuarios. Por supuesto que esto es falso, ni conocía a Shakespeare, ni sabía quién era Zeus, ¡era tan ignorante! He marcado golazos que ningún video registró, hice regates inverosímiles que nadie recuerda, di pases de 40 metros que hubieran sido la admiración de Guardiola. Un día me dije: "bueno, muchacho, no serás una figura del fútbol, pero aún puedes serlo de la literatura". Y, en efecto, ahora soy un hombre honrado, despreocupado y feliz. Insultantemente dichoso, anónimo y honrado.

Charla con Spinoza

Ayer noche estuve hablando un rato con Spinoza. Le pregunté qué pensaba de la pasión que despierta el fútbol entre la gente y si le parecían bien esas personas que dicen que es una suerte que España juegue precisamente ahora que el orgullo nacional está por los suelos porque nos permitirá olvidarnos de nuestra miseria. Le pregunté si le parecía sensato afirmar tal cosa. Bueno, me contestó, sorprenderse de eso sería tanto como desconocer la naturaleza humana y yo he dedicado mucho tiempo a pensar sobre tan intrincada materia. Desde luego, continuó, la salvación es un trabajo personal y solitario y requiere un esfuerzo que la inmensa mayoría de las personas no está dispuesto a realizar. Es más fácil, añadió, compartir no la vida eterna sino cantar las alabanzas de ese grupo de muchachos que juega tan bien al balón, según he oído. Le pregunté si él animaría a Holanda (aunque no sé si juega la Eurocopa, o como se llame) y él por toda respuesta esbozó una sonrisa muy ladina.

El éxito del fracaso

Aquella madrugada de julio el personal estaba inquieto. Se había fijado la hora para la explosión poco antes del amanecer. Instalado el artefacto (gadget era su nombre en clave) en el lugar establecido había llegado el momento de comprobar si tantos esfuerzos tenían su recompensa. Una tormenta estuvo a punto de cancelar la prueba, pero el general Leslie Groves no estaba dispuesto a esperar más tiempo. 
Empezó la cuenta atrás en los altavoces de la ciudad secreta. Físicos, militares, ingenieros se colocaron en sus puestos de observación, todos a una prudente distancia. Algunos se echaron cuerpo a tierra, otros se colocaron de espaldas. De pronto fué como si saliera el sol. Una enorme nube ardiente ascendió al cielo formando un hongo. Se veían relámpagos en su interior producidos por masas de aire incandescente. No se produjo la temida ignición de la atmósfera. Al cabo de unos minutos un trueno descomunal dejó petrificados a aquel puñado de hombres (unas 260 personas). Hubo canciones y bailes. Uno de aquellos físicos se volvió a Oppenheimer y dijo: "Ahora somos unos hijos de perra."

Nuestro hombre en Los Álamos

Uccellaci e uccellini


Inolvidable comienzo de la inolvidable película de Pasolini sobre el fin de las utopías. Una obra maestra entre amarga y tierna.


Nacionalismo


Los nacionalistas están enfermos de Historia.

El nacionalismo es una mala lectura de la Historia.

Estoy más cerca de un somalí inteligente que de un español idiota.


Echadnos una mano

No deja de ser curioso que los mayores humoristas hayan sido personas amargadas y pesimistas, algunos decididamente misántropos. Tal es el caso de Mark Twain, Jonathan Swift, Samuel Beckett, Ambrose Bierce o Voltaire. En esto se aprecian las virtudes medicinales del humor: todos alcanzaron la vejez, con lo que se amargaron aún más.
Necesitamos su consejo. Aunque es poco probable que el asunto les interese qué bueno sería poder reunir a estas sombras en una sala a puerta cerrada con el siguiente orden del día: "Propuestas para salir de la crisis económica actual y conjurar el apocalipsis." 

-Sugiero que se coman a sus niños, dice Swift.
-Lo mejor es escribir una carta a Satanás y que él disponga, propone Twain.
-El que tenga un jardín que lo cultive, sentencia Voltaire.
-Les parieron a horcajadas sobre una tumba, ¿qué esperaban?, declara Beckett.
-Que el diablo los confunda, concluye Bierce.

En resumen, que no sacaríamos nada en limpio.

Charla con Richard Wagner


Esta mañana me llamó por teléfono desde el Valhalla.

-¿Paco?
-Sí, ¿quién es?
-Soy Richard Wagner. 
-Hombre, Wagner. Qué sorpresa. ¿Cómo tú por aquí, quiero decir, por allí?
-Psss, bueno, tirando, Paco, tirando. Esto es muy aburrido. 
-¿Dónde estás? Te siento un poco lejos.
-En el Valhalla. Los dioses me tienen secuestrado y me obligan a que les toque mis óperas.
-Debe de ser un tostón terrible. Lo siento por tí.
-Ya, tengo que pasarme horas y horas tocándoles "El crepúsculo de los dioses" y "El oro del Rin" y "Tristan e Isolda". Son más pelmazos que Luis II de Baviera.
-Dime la verdad, Wagner. ¿No hubieras preferido ser banquero?
-Bueno, no sé qué decirte. Supongo que sí.
-Claro, ahora estarías contando monedas de hierro de la época del rey Olaf.
-Ya. En mi siglo se inventaron los ferrocarriles. ¡Aberrante progreso!
-No quedan mecenas, Richard. Los artistas tienen que mendigar en nuestros días. Ya no quedan mecenas.
-Vaya, qué lástima. Eran tan generosos como idiotas.
-¿No podrías componerme algo para mi recreo, algo patético y enfático para mi solaz?
-Como te digo estoy muy ocupado. No salgo de mi asombro, los dioses son insaciables.
-Y Sigfrido, ¿qué tal está?
-Melancólico y abatido, como siempre. 
-¿Está contigo Cósima?
-¿Cósima? ¿Quién es Cósima?
-Veo que has bebido las aguas del Leteo, Richard.
-¿Es que me he olvidado de algo? Aquí sólo se bebe cerveza. ¡Pero qué cerveza! ¡Es exquisita!
-¿Volverás a llamarme?
-No lo sé. Como te digo, apenas tengo tiem...

Entonces se cortó la comunicación. Qué conversación tan rara. Tendré que aclararlo con la teleoperadora.

Esta pálida existencia

¿Y si al morir descubrimos que ya estábamos muertos?

Distancia


William Hazlitt, gran ensayista inglés, escribió un breve ensayo sobre el por qué agradan los objetos distantes. La imaginación los envuelve de una atmósfera de misterio que nos encanta. Nunca es más triste Don Quijote que en esos intervalos en que recupera la lucidez y descubre las cosas tal-como-son. Especialmente al final de su vida, en el desengaño que precede a su muerte próxima.
        Agradan los objetos distantes, ya en el espacio o ya en el tiempo, porque escapan a nuestra miserable condicion. Adornamos con los más bellos colores una casa lejana que vista de cerca no tiene ningún atractivo. Sobre esto escribió Melville un estupendo relato. Un hombre se imagina una vida llena de encanto en una casa remota, llevado por la curiosidad un día decide visitarla para comprobar que allí la vida es tan prosaica como en cualquier otra parte. 
       Y lo que se dice de una casa o de cualquier otro objeto vale para las personas. A veces no conviene acercarse demasiado a ciertas bellezas a riesgo de perder toda fascinación.